sábado, 14 de septiembre de 2013

Chapter 31

Pequeños momentos

(Narra Daniela)

Aiiiis ¿Qué sería? Sentía miles de mariposas haciéndome cosquillas y revoloteando por mi estómago, lo que significaba que tenía los nervios fijos en la tripa, que podrían durar unas cuantas horas como siempre hacen.

¿UN ANILLO? ESO ES! SERÍA UN ANILLO! Daniela piensa un poco con claridad, hija, que no te va a pedir  matrimonio el chico! LOS NERVIOS ME COMÍAN POR DENTRO!

Me sentó en una de las dos sillas que había en la terraza y suponía que él se había acomodado en la otra.

-         Venga ya, ¿Estás temblando? – Harry soltó una risotada.

-         Harry o me das ya lo que me tengas que dar o me quito la banda ahora mismo! – dije.

-         No, no, la banda no te la quites, es muy importante! Dure lo que dure este momento no te la desates, me lo prometes? – Uff si que debía ser importante la cosa.

-         Lo prometo – sonreí.

Hasta después de unos segundos no me había percatado de ese sonido de guitarra que residía en la terraza. Esa melodía que después se fundió con su voz. Grave, melodiosa, sentimental, esa que una y mil veces me había derretido. Era una letra preciosa J https://www.youtube.com/watch?v=AKolTwOyKmg 

Una canción que hubiera quedado más preciosa aún junto a un piano, además de una guitarra, pero me conformaba con tan solo eso. Me dieron unas irresistibles ganas de quitarme la banda de los ojos pero me contuve, y fue mucho mejor no hacerlo porque esa música tan celestial y dulce que salía de la guitarra me trasladaba a otro lugar, donde solo estábamos él y yo. Un sitio únicamente para nosotros, ese era el cielo estrellado.

Nada más que nos alumbraban los destellos de las estrellas, yo caminaba por las nubes sin miedo a caer, ya que, él estaba conmigo mientras cantaba su canción y me cogía fuertemente de la mano.

Escuché el último roce de sus dedos por las cuerdas. Seguí en la misma posición sin quitarme la banda, aunque intuía que Harry estaba esperando a que me deshiciera de ella. La única razón de tenerla puesta fue porque mis ojos se llenaron de lágrimas y me daba corte que me viera llorar cuando su intención era que disfrutara.

-         ¿Prefieres que te la quite yo? – sugirió.

No dije absolutamente nada. Me quedé en shock de repente. Pero noté que se levantó y se puso detrás de mí. Ya sin esa banda americana en los ojos le di un abrazo.

-         Daniela, cielo, no llores. Era una simple canción que compuse para ti.

-         Por eso mismo lloro Harry – por fin pronuncié palabra- esto… esto es muy bonito – dije con voz temblorosa y con las lágrimas cayéndome por las mejillas.

Me secó las lágrimas con la banda y me besó para calmarme.

-         Ya puedes hablar? – sonrió bajando la mirada como un niño vergonzoso.

-         Sí – reí.

-         Dime, qué te ha parecido? – me miró a los ojos, con esa mirada tan irresistible suya.

-         Ha sido perfecta. Nunca había escuchado nada igual – le tomé la mano – gracias por ser tan romántico y cariñoso y por alertarme de no librarme de la banda jaja ha sido genial, en serio. Nadie me había hecho un regalo tan especial como este. ¿Te costó componerla?

-         Un par de semanas, pero sin ninguna ayuda.

-         Vaya! Poco me parece entonces jeje Espera, ¿Sin ninguna ayuda? – subí las cejas.

-         No. Será nuestro pequeño secreto, nuestra canción, nuestro recuerdo. Ahh y toma – me dio un sobre que contenía algo.

-         ¿Qué es?

-         Compruébalo tú misma J

OH DIOS! HARRY ME HABÍA GRABADO LA CANCIÓN EN UN CD *-* Y LE HABÍA ESCRITO *DON’T LET ME GO* CON LETRAS BONITAS EN LA PARTE DELANTERA!

-         Para que nunca te olvides de mí y para que sonrías cada vez que lo veas.

-         Ni por miles de regalos que me dieras me olvidaría de ti – me senté en sus piernas – Harry, esto suena a despedida? – me puse seria.

-         QUÉ? POR SUPUESTO QUE NO! – se alarmó.

-         Vale, gracias por la aclaración J Ahh y gracias por el CD. Te quiero Harry Edward Styles– le dije lo último en español y lo entendió a la perfección.

Aquella noche fue mágica. Nos quedamos en la terraza regalándonos besos, caricias y con el cielo estrellado sobre nosotros.


*El siguiente día por la noche*


(Narra Liam)

Aquella noche llevamos a las chicas a cenar a un restaurante muy bonito y después a una discoteca de lujo, de las mejores de California. Por ello, se pusieron super guapas para la ocasión, aunque la verdad que siempre lo estaban, con cualquier cosa que se pusieran.





El vestido de Violet me dejó completamente boquiabierto, estaba preciosa! Me daba en la nariz que no podríamos dejar de quitarles el ojo de encima o iría uno más listo y las invitaría a bailar en un santiamén.

Intentaba no comerme la cabeza. No quería pensar en ello. Pero era algo imposible. Al fin y al cabo era una cosa que tenía que guardarme para mí, si alguien se enterara me moriría de vergüenza, no era algo propio de mí.

*FLASHBACK*

La busqué por todos lados y no sabía dónde se encontraba. Ahora que lo pensaba, solo podía estar en un sitio. Tenía que despedirme antes de irnos, si no lo hiciera no estaría tranquilo.
Entré en el teatro, un gran salón con el típico telón y cortinas de terciopelo rojas a ambos extremos del escenario.

 Me quedé observándola un rato. Ensayaba en voz alta el papel de Julieta de la Shakespeare con aire pasional y melancólico a la vez. Me dejó fascinado.  Proseguí con una frase de Romeo, siempre me había sabido la obra y era un buen momento para demostrarlo.

-         Vaya! ¿Aún la recuerdas? – dijo Britannie emocionada.

-         Claro! ¿Por quién me tomas? – reí.

-         ¿Y esta sorpresa? – preguntó a la vez que se dirigía al escenario para recoger las hojas que había tiradas.

-         ¿Qué sorpresa? – fruncí el ceño.

-         Me refería a lo de pasarte por aquí y hacerme una visita – comentó desde el escenario a tres metros de mí más o menos – nunca habías venido.

-         Ya, bueno… no era exactamente por eso lo que me ha traído hasta aquí.

-         Entonces a qué has venido? Ya sé! Vas a apuntarte a teatro! – sonrió bajando las escaleras del escenario.

-         Jajaja ganas no me faltan! Verás, Britannie venía a despedirme…

La expresión de su cara comenzaba a cobrar un tinte cada vez más desagradable.

-         ¿Cómo? ¿Qué te vas? – con voz apenas casi audible. Miraba hacia el techo buscando respuestas y sin esperarlo si quiera una lágrima cayó por su rostro.

-         Pero no llores Brit, no me lo hagas más difícil. Nos tenemos ir a California durante un tiempo, un par de meses – se tiró a mis brazos.

-         ¿Y qué voy a hacer ahora? Sin verte… - me miró con los ojos impregnados de lágrimas.

-         Brit no me voy porque quiero, lo hago por trabajo. A mí también me cuesta decirte adiós… - le acaricié la mejilla.

Observó mis labios, juntó los suyos y nos fundimos en un beso.

*FIN DEL FLASHBACK*


Fue algo extraño que hacía tiempo que no me ocurría. No lo decía por el simple hecho del beso, sino por la sensación.

-         Bueno qué, ¿te vas a quedar mirando toda la noche al tío de la barra? – Harry me despertó de mis innumerables pensamientos.

-         ¿Eh? – no le oí por la música tan alta.

-         Digo que si te has pasado a la otra aceraa?

-         ¿Y por qué iba a ser yo gay? Harry a veces te dan unos prontos… me das miedo…

-         Hombre, porque no paras de mirar justo a la barra y el camarero es un tío y encima Violet se ha ido a bailar con las chicas… - se rascaba la cabeza y miraba a otro lado.

-         Harry eres gilipollas tío! Tan solo estaba pensativo y ni siquiera me di cuenta de que tenía la vista centrada en el de la barra – dije eso último imitándole.

-         Y en qué pensabas?

-         Harry, de verdad no tienes otra cosa mejor que hacer que intentar averiguar lo que pienso o dejo de pensar? Será mejor que vaya a la barra… A POR ALGO DE BEBER!

-         Me puedes traer un mojito? J - sonrió dulcemente.

-         Lo siento pero esa cara de niño adorable ya no funciona, al menos conmigo -.-  


(Narra Eli)

WOOOW! Aquella era una de las mejores discotecas que había pisado. Varios DJ con sus respectivas mesas de mezclas cada uno. Había dos barras, una en la parte de arriba y otra en la parte de abajo, que por cierto tenían camareros muy guapos, y no solo en la barra sino también los que estaban sirviendo copas por toda la discoteca.

 Las chicas y yo bailábamos como si la noche fuera interminable y lo mejor de todo era que ponían muchos de los éxitos nuevos que salían en la radio o en mi lista de reproducción del iPod. 

En una de las ocasiones pusieron WMYB en remix y gritamos emocionadas y obligamos a los chicos a que nos la cantaran mientras bailaban con nosotras. Nos reíamos a carcajadas de sus gestos, sus bailes, sus movimientos en la pista. Esto era lo que yo siempre había deseado: SALIR UN DÍA DE FIESTA CON LOS CHICOS! Pero salir de verdad, no solo unas cuantas horas, hasta que amaneciera por lo menos!

Pusieron mi favorita, Don’t You Worry Child de Swedish House Mafia. Entretuve mi vista centrada en Daniela y Harry, que bailaban demasiado pegados y con las manos arriba cantando como locos y besándose, en alguna que otra ocasión.

Zayn y Kate subieron a hablar con uno de los DJ para que a continuación les pusiera una canción lenta de esas de bailar agarrados, según lo que Kate me contó.

Violet enseñaba a Liam a seguir sus pasos y la verdad que no se le daba nada mal. Louis movía la cabeza al ritmo de la música mientras se tomaba algo en la barra.

Y Niall… ERA MÁS SOSO QUE UN JARDÍN SIN FLORES! Tuve que ir a buscarle a donde estaba sentado para que bailara conmigo esa canción que tanto me gustaba.

-         VAMOS VAMOS VAMOS JOO NIALL POR FAVOR! HAZLO POR MÍ! ¿Tienes miedo de bailar mal? ¿Has visto a Harry lo “bien” que baila?

-         Que no Eli, que no es eso… No me apetece, ya hemos bailado antes un montón, estoy cansado…

-         Dirás que YO  - comenté señalándome a mi misma – he estado bailando, tú no te movías casi…

-         No sé, Eli, pero que si quieres bailamos más tarde, prefiero escuchar la música aquí sentado un rato – me dejó claro echándose para atrás en el sofá de cuero.

-         Cómo tú quieras… - me fui de brazos cruzados y con una cara hasta los pies. Odiaba que no fuera tan fiestero como los demás.

Hasta Hazza me agarró antes por la cintura y yo vencí mi cuerpo hacia atrás como si fuéramos bailarines profesionales y después me dio un beso en la mejilla  y yo le concedí otro, a Daniela no le importó en absoluto, se limitó a dar palmas y a reírse.

No me quedaba más opción que irme a la barra más cercana y beber algo para intentar relajar la furia que tenía dentro. El que estaba en la barra me recibió con una sonrisa encantadora.

-         Hola, preciosa ¿Qué te pongo? – me preguntó. Casi se me olvidó lo que iba a decir de lo guapo que era *-*  

Un morenazo de ojos azules, alto, fuerte pero sin pasarse y con una camiseta blanca que se le pegaba a los pectorales y me atrevería a decir que también a la tableta que tenía.

-         Emm… una tónica con limón por favor J

-         Vienes mucho por aquí? Es la primera vez que te veo, en realidad, que veo a una chica tan guapa en el trabajo ;) – ME GUIÑÓ EL OJO! OMG! CREÍA QUE ME MORÍA! Mientras me preparaba la bebida.

-         Hahaha que va, soy española y vivo en Londres.

-         Vaya! Qué buena combinación! – QUÉ SONRISA POR DIOOOOS!

-         Cuánto te debo?

-         ¿Qué me debes tú? Lo de la copa invita la casa J

-         Pero si las demás las he pagado…

-         Eso será porque no te he atendido yo, te invitaría las veces que hicieran falta – apoyó los codos en la barra y me miró fijamente, me sonrojé ante su comentario.

-         No, en serio, no lo puedo aceptar.


-         Mmmm… Vale, creo que lo tengo un poco difícil. Y si te llevo en mi moto a una de las playas más bonitas de California y vemos juntos el amanecer?